Cuando una persona reacciona a algo que ve en Internet, lo hace más motivada por la emoción que genera que por la información que contiene.
Es cierto que estamos en la era de la información pero transmitir solo eso no es suficiente. Las personas necesitan de alguien que las lleve por el camino de su interpretación, que les haga sentir y las oriente sobre esas sensaciones.
Entonces, sumar emociones a un mensaje le agrega un condimento especial al contenido. Costruye contenido para que las personas reaccionen sin importar la emoción. Puede ser una reacción positiva o negativa, o incluso ambas, pero logra que sientan algo.
Se dice que ser objetivos es lo más correcto y con basarnos solo en los hechos es suficiente, pero si no agregamos un componente de subjetividad al mensaje, quienes producimos contenido terminaríamos diciendo lo mismo.
La información es importante y es el primer paso, pero también es importante interpretarlo. Si a la información le sumas una interpretación, este se multiplica y creas un contenido original.
¿Cómo lo logras?
Toma un hecho, diferentes ideas, tu conocimiento, crea un storytelling y hazlo diferente. Dos noticieros cuentan la misma noticia, pero uno resalta más por cómo entrega el mensaje y conecta con su audiencia. Esto, hace que un contenido sea compartible.
Algoritmo de cómo funcionan las plataformas sociales y como premian el contenido que genera emociones.